En el caso de que tengamos piscina implantar domótica para controlar los equipos de filtración se convierte en algo imprescindible porque nos permite adecuar en tiempo real las funciones de cada equipo a las necesidades que tengamos. A continuación veremos algunos ejemplos.

La bomba de filtración debe programarse, pero la programación fija no tiene en cuenta el estado real del agua o, de tenerlo, debe contar con equipamiento electrónico adicional cuyo coste es elevado. Mediante el uso de la domótica podemos añadir un control casi completo del equipo con un coste ínfimo. El manejo del encendido, apagado y programación del tiempo de funcionamiento es vital para mantener el agua en buenas condiciones, y nuestra domótica doméstica es compatible con todos los equipos existentes porque el control se produce en el sistema eléctrico, no en la propia bomba. Por supuesto, lo manejaremos con una app en nuestro móvil, gratuita, que funcionará desde cualquier parte del mundo con conexión a Internet.

La iluminación acuática, como hemos podido ver en el artículo “Iluminación y control en nuestra Smart Home” se podrá controlar desde la misma app, y al igual que el resto de elementos que componen nuestra casa inteligente, será compatible con todos los equipos que tengamos ya instalados.

Incluso el llenado de la piscina o en general casi cualquier llave de paso se podrá controlar a distancia mediante una válvula domótica, haciendo del proceso de control del nivel del agua algo sencillo y cómodo. Instalando una cámara ip en el cuarto de máquinas podremos observar si todo está en orden.

Los juegos de agua, SPA u otros equipos acuáticos pueden controlarse desde nuestro móvil y también con mandos a distancia como los de cualquier puerta de garaje.

De hecho, una aplicación interesante para puertas de garaje es la instalación de relés que permiten maniobrarlas desde el móvil haciendo sencillo el problema que supone dejar pasar a un vehículo que no sea nuestro sin tener que ir a buscar el mando. O, por ejemplo, permitir la entrada de una furgoneta de reparto a nuestro propio garaje sin ni siquiera estar en casa. En este caso, añadiendo una cámara de seguridad, podremos vigilar la entrada y salida del repartidor, a la vez que controlamos la maniobra de la puerta. Nuestra casa domótica nos permite incluso hablar con la persona que viene como si de una videoconferencia se tratase.

Podemos programar una apertura (o cierre) diferida de la puerta, junto con el encendido o apagado de luces del garaje. Y podemos aplicarlo a varias puertas a la vez, lo que nos permite una flexibilidad enorme.

En el caso del riego del jardín siempre tenemos la posibilidad de comprar un pequeño y muchas veces poco fiable equipo de programación de riego a pilas, o instalar un programador “serio” conectado con un sistema central a las electroválvulas. Sin embargo, por menos de la mitad del coste de dicho equipo podemos tener domótica en nuestro espacio exterior y controlar el riego de cualquier espacio, por pequeño que sea, desde nuestro móvil y mediante una app gratuita. El día que nuestra casa domótica se extiende a nuestro jardín es cuando realmente entendemos que se puede disfrutar mucho más de la comodidad de tenerlo todo controlado y a mano, pero es que cuando nos demos cuenta de que eso nos ahorra dinero sabremos que hemos tomado la decisión correcta.

Por otro lado, los equipos que hacen de puente de radiofrecuencia hacia nuestra casa domótica nos facilitan controlar equipos que no son inteligentes haciendo que respondan como si estuviéramos delante de ellos tocando su mando a distancia. Cada equipo tiene sus particularidades, pero lo normal es que el grado de satisfacción que tengamos cuando podamos manejar casi cualquier cosa desde nuestro móvil compensa con creces la inversión en este tipo de domótica.